Metal Cowd

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M e t a l L i v e s F o r e v e r

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viernes, 25 de septiembre de 2015

Paradise Lost - Draconian Times (1995)


  1. Enchantment
  2. Hallowed land
  3. The last time
  4. Forever failure
  5. Once solemn
  6. Shadowkings
  7. Elusive cure
  8. Yearn for change
  9. Shades of god
  10. Hands of reason
  11. I see your face
  12. Jaded

Suavizando las líneas de su fisonomía, el sonido de los ingleses Paradise Lost fue evolucionando desde su cruda y oscura naturaleza Doom/Death a un ambiente más acogedor y emotivo, de un Doom/Gothic más accesible pero no exento del desgarro que identifica a la banda, siendo en este Draconian Times cuando definitivamente cambiaron su escamada muda de serpiente por una tez más aterciopelada, y su tenebrismo por una tenue aurora otoñal de amargo señorío, aunando decadencia y gallardía en unas composiciones que escarban en ti hasta encontrar tu alma y mecerla a su son y sentir.

Aún recuerdo cuando este álbum llegó a mis manos, fue regalo y en formato de cassette, grabado a petición mía por una muy buena amiga de Bogota. Cuando escuché esa cinta entré en un tipo de trance que ningún grupo me había dado hasta entonces, sumergiéndome en una atmósfera única, fúnebre pero de sana nostalgia, erigida por conmovedoras melodías de guitarra de esquemas muy propios, sobrios riffs, pausados tempos y ceremoniales coros de ultratumba que nos enseñaban su propio Más Allá, su íntimo ‘paraíso perdido’. Me gustó tanto ese álbum y me trae además tan buenos recuerdos que con los años he acabado comprándomelo original, no era para menos…


Line Up
Nick Holmes
Gregory Mackintosh
Aaron Aedy
Stephen Edmondson
Lee Morris

Control Denied – The Fragile Art of Existence (1999)

Tremendo putadón que me jodió el día fue esa noticia devastadora de que Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden e ídolo para millones para cualquier que no sepa, padece de cáncer. Lo positivo –si es que se puede tomar algo positivo de esto- es que el tumor localizado debajo de su lengua fue detectado temprano y ya lleva siete semanas en un proceso de quimioterapia que está funcionando muy bien, según las noticias de La Doncella. Es bastante obvio que la banda de Harris ha pospuesto toda ocupación en este año en pos de la salud de Bruce. Desde aquí, los mejores deseos para el Air Raid Siren y a sus seres amados. Entonces comencé a pensar en tantas figuras que hemos perdido en nuestra música a causa de esa desdeñable enfermedad y dos quedan por encima de todos: la voz del Metal, Ronnie James Dio, y el gurú y patriarca absoluto del Death Metal, Charles Michael Schuldiner. O Chuck Schuldiner para los amigos.

La suya fue una carrera meteórica, magistral y siempre progresando para ascender con criterio y sapiencia hasta alcanzar un grado de maestría único en su clase. Desde sus comienzos imberbes y básicos con esos Mantas tan primigenios en 1.983, Schuldiner fue cultivando esa mezcla de brutalidad, morbosidad y lasciva que sería el Death Metal clásico hasta formar a ese grupo seminal llamado Death, que significaría el comienzo de un idilio musical que llevaría al joven de Florida en convertirse una leyenda de la música metalera como sus ídolos Steve Harris, Glenn Tipton o Kerry King. Debido a su fascinación por los grupos más extremos de la época como Slayer, Celtic Frost o Venom, el sonido de su debut, Scream Bloody Gore, sería el álbum “manual” para muchos grupos que entrarían ese cúmulo de salvajismo y locura sangrienta que era el Death Metal en sus comienzos. Luego, con los años de experiencia y lo consagrada de su figura, Chuck iría mejorando el sonido y técnica de la banda hasta convertirse en una de esas agrupaciones visionarias, innovadoras, influyentes y solitarias en el mundo del Metal. Death es Chuck; Chuck es Death. Todos los miembros que pasaron por ese grupo solo fueron instrumentistas que cumplieron con la labor de plasmar los conceptos de un genio como Evil Chuck. Para le eternidad quedarán los siete álbumes de Death con obras como Human, Individual Thought Patterns o The Sound of Perseverance como favoritas personales de un servidor. No tengo ningún temor decir que la discografía de este grupo no tiene ni un solo punto bajo, NI UNO SOLO.

En 1.999, justo antes de que el cáncer hiciera de las suyas para arrebatarnos a una de las figuras más grandes de la historia del Metal, nuestro protagonista dejaba descansar a su criatura luego de aquel legendario The Sound of Perseverance -que sería a posteriori un epitafio memorable- para dedicarse a un proyecto que había fundado un par de años atrás en otro sabático de su grupo principal: Control Denied. Luego de haber hecho el que muchos consideran el mejor trabajo de su carrera con sus Death, Symbolic, en 1.995, el líder de la banda decidió suspender al grupo por un tiempo para crear un proyecto donde pudiera explayar a sus anchas su amor por el Metal de corte más clásico. Fanático sin remedio de grupos clásicos como Iron Maiden, Judas Priest, Raven o Manowar, ya estaba un poco cansado de los estigmas y preceptos vocales del Death Metal por lo que quiso montar otra banda donde pudiera dejar fluir esa visión más melódica que tenía en mente. Luego de un par de maquetas en ese período, volvería con sus Death en 1.998 y volvería a la carga con su proyecto luego del trabajo previamente mencionado. La alineación de Control Denied contaría con los mismos músicos que tocaron la segunda guitarra y la batería en el The Sound of Perseverance -Shannon Hamm y Richard Christy, respectivamente-, además de la inclusión de un antiguo miembro de su otra banda, el infame Steve DiGiorgio, en el bajo y un vocalista poco conocido como Tim Aymar en las vocales. Chuck declararía por esa época que quiso trabajar con Warrell Dane de Nevermore en las vocales, pero no pudieron por problemas de ocupaciones.

Una máxima que impera siempre en estos proyectos paralelos es la siguiente pregunta: ¿Qué diferencias tiene este proyecto a la banda principal? Pues la primera, y tal vez la más importante, son las voces limpias de Aymar, que marca un gran contraste con los guturales y estruendosos chillidos de Schuldiner. Quienes estén esperando Death Metal ultra gore y brutal, pueden retirarse. Aquí predominan melodías atrapantes, riffs entrecortados, cambios de ritmo incesantes y harmonías vocales entre el propio Aymar y un Chuck que lo apoya en las voces de fondo. Debe ser el trabajo más técnico de la carrera de Schuldiner y les puedo asegurar que es también el más inaccesible puesto que luego de múltiples escuchas aún no se pueden atrapar todos los detalles. La crítica por parte de quien suscribe es que el toque más duro y pesado de los Death aquí se ha ido, por lo que no podemos disfrutar con algo de la intensidad a la que nos tiene acostumbrada este artista, aunque eso ya se había vislumbrado un poco con The Sound of Perseverance.


  1. Consumed
  2. Breaking The Broken
  3. Expect The Unexpected
  4. What If...?
  5. When The Link Becomes Missing
  6. Believe
  7. Cut Down
  8. The Fragile Art Of Existence


Line Up
Tim Aymar
Chuck Schuldiner
Shannon Hamm
Steve DiGiorgio
Richard Christy


Virgin Steele - The Marriage of Heaven and Hell Part Two (1996)


  1. A Symphony Of Steele
  2. Crown of Glory
  3. From Chaos To Creation
  4. Twilight Of The Gods
  5. Rising Unchained
  6. Transfiguration
  7. Prometheus The Fallen One
  8. Emalaith
  9. Strawgirl
  10. Devil/Angel
  11. Unholy Water
  12. Victory Is Mine
  13. The Marriage of Heaven And Hell revisited


Virgin Steel es una banda americana que comenzó a rodar a principios de los ochenta gracias a Jack Starr y la verdad, creo que esta bastante infravalorada. Les han comparado siempre con Manowar, como si fueran los “hermanos pobres” de aquellos, pero nada mas lejos de la realidad. Virgin Steele cuenta con suficientes alicientes como para tener su legión de seguidores.
Es cierto que el sonido del grupo es épico y la temática puede recordar a los de Dimaio, pero Virgin cuenta con personalidad propia y unos cuantos discos mas que notables de heavy metal clásico recomendables (su “Noble Savage” de 1986 por ejemplo).
El potencial de la banda esta principalmente en su cantante David Defeis con un tono similar al de Eric Adams pero un poco mas quebrado, estilo Paul Shortino, una voz con garra, potente, de hecho le apodan “The Lion” al igual que a Mandy Lion el de World War III. Defeis se encarga también del piano y teclados, dando mayor heroicidad y dramatismo a algunas de las composiciones. El otro baluarte de Virgin es su guitarrista Edward Pursino, un elegante hacha, que sin ser un virtuoso, cumple bastante bien.
El disco que os traigo hoy es para mí el mas completo del grupo, tras un devaneo con el hard americano en 1993 con “Life Among the Ruins”, los americanos decidieron volver a sus raíces y compusieron sesenta temas nada mas y nada menos. Eligieron los mejores y dividieron la obra en dos, tituladas ambas el matrimonio entre cielo e infierno. De la primera entrega destacar algunas cañeras como I Will Come for You, Blood and Gasoline o I Wake Up Screaming y las baladas Forever I Will Roam y House of Dust. Sin embargo creo que esta segunda parte es mas contundente y presenta menos altibajos que la primera, que contaba con algún tema algo soso (Last Supper o Self Crucifixion por ejemplo).

Line Up
David Defeis
Edward Pursino
Rob Demartino
Frank Gilchriest

Testament - Low (1994)


  1. Low
  2. Legions (In Hiding)
  3. Hail Mary
  4. Trail of Tears
  5. Shades of War
  6. P.C.
  7. Dog Faced Gods
  8. All I Could Bleed
  9. Urotsukidoji
  10. Chasing Fear
  11. Ride
  12. Last Call

Demoledor muestra de lo que debe ser un disco de thrash bien hecho la que nos regalaron los discípulos de Chuck Billy en 1994.
Defiendo siempre a Testament y creo que han sido injustamente infravalorados, contando con una discografía envidiable, llena de cañonazos y sobre todo mucho poder, guitarras de riffs asesinos, un muro en la base rítmica y voz gutural llena de carisma como es la de Chuck. Siempre han estado un nivel por debajo respecto a los “grandes” del thrash, en cuanto a público y ventas, cosa que no acabo de comprender demasiado, supongo que serán cosas del marketing.
James Murphy cubriría perfectamente la baja de Alex Skolnick, como bien saben es otro de los killers de las seis cuerdas de los sonidos extremos. Ejecuta perfectamente con su grueso sonido esos riffs corpulentos y mete solos muy elaborados, agresividad pero no falta de técnica, melodía y clase.

Line Up
Chuck Billy
Eric Peterson
James Murphy
Greg Christian
John Tempesta

Dream Theater - Train OfThought (2003)



Año 2003, Dream Theater está en la cima. La banda estrella del metal progresivo acababa de terminar la gira de uno de sus discos mejor logrados de la última década: Six Degrees Of Inner Turbulence, disco con el que ya venían anunciando un cambio de estilo más duro, más heavy.
Para muchos fans de la banda esta evolución supuso una especie de “traición” a sus raíces más rockero-progresivas. Dicha afirmación me parece un tanto exagerada, puesto que aunque Dream Theater sonase mucho más duro seguía sonando a Dream Theater, con su esencia progresiva maquillada sobre una distorsión más bestia y una menor presencia de matices. El tiempo ha hecho que este disco quede en el sitio que merece, y es considerado por muchos fans de los neoyorkinos como su último gran trabajo de la época Portnoy. Otros en cambio se decantan por las dos entregas posteriores (algunos Octavarium, otros Systematic Chaos) en las que el elemento heavy predomina en las composiciones sin acapararlas tanto como sucede en este disco.

  1. As I Am
  2. This Dying Sou
  3. Endless Sacrifice
  4. Honor Thy Father
  5. Vacant
  6. Stream Of Consciousness
  7. In The Name Of God

Line Up
James LaBrie
John Petrucci
John Myung
Jordan Rudess
Mike Portnoy




Rage - End Of All Days (1997)



  1. Under Control
  2. Higher Than The Sky
  3. Deep In The Blackest Hole
  4. End Of All Days
  5. Visions
  6. Desperation
  7. Voice From The Vault
  8. Let The Night Begin
  9. Fortress
  10. Frozen Fire
  11. Talking To The Dead
  12. Face Behind The Mask
  13. Silent Victory
  14. Fading Hours

Rage, en pleno 1996, y habiendo dejado trás de sí un rastro de lo más humeante en la escena Heavy-Power europea, gracias a discos como "Trapped", "The Missing Link" o "Black In Mind", se salieron de madre con la edición de "Lingua Mortis", un trabajito, que además de repasar, a modo recopilatorio, varios de sus temas más famosetes, añadió un poso, clásico total. Rage se habian unido, en estudio, a Lingua Mortis (una orquesta sinfónica), y muchos de sus fans alucinábamos, con lo bien que quedaba la fusión del Metal del maestro "Peavy" y las bocadanadas del registro de grandes como Mozart, Beethoven, Wagner o Chopin. El aura que se selló en ese disco, a partir de entonces, se instauró en el sonido del grupo, por siempre.

El E.P pasó sin pena ni gloria (a pesar de ser, hoy en dia, pieza de culto para los acérrimos a Rage), y tocaba dar un nuevo paso. Un paso que retomase la cólera enérgica, la velocidad, la oscuridad y el mensaje espiritualista, que convirtió al combo germano, en uno de los máximos estandartes del movimiento. "Black in Mind", y sobretodo, "The Missing Link" habían instaurado a "Peavy" y los suyos, en un envidiable puesto de honor (segundón, sí, pero con honor), y la cosa, ahora que comenzaba a ser plenamente ascendente, no se podía parar. La locomotora Rage iba más rápida que nunca, y con huevos metaleros. Alemanes tenían que ser. No sé que coño comen éstos tios, pero que bien se les dá tocar un instrumento. Cabrones.

La portada de "End of All Days" es, sin duda, una de las mejores del combo. Una imagen de la criatura híbrida de Rage, ahora estampada en piedra, nos recibe amenazante. Rage vuelven con mala baba, y desde su ilustración ya nos lo sueltan. Rage no vienen a hacer prisioneros, vienen a hacer fans. El Eurometal estaba en uno de sus puntos máximos (con el éxito, a nivel europeo, de bandas como Helloween, Gamma Ray, Grave Digger, Stratovarius o Blind Guardian), y Rage movían ficha. Su ficha, negra y durota, de nombre "End of All Days" era una ficha ganadora. Y "Peavy" lo sabía. 

Line Up
Peavey Wagner
Spiros Ephthimiades
Sven Fischer
Chris Ephthimiades